viernes, 30 de julio de 2010

El sedentarismo triplica el riesgo de accidente cerebrovascular

La realización de una actividad física al menos durante 30 minutos al día es el hábito más apropiado para proteger las arterias del organismo, según informó la Fundación Cardiológica Argentina
Las conclusiones médicas fueron dadas a conocer durante la jornada "Salud cardiovascular, factores de riesgo y prevención", en la que se capacitó a integrantes de la Asociación de Mujeres Jueces de Argentina (AMJA) sobre los riesgos cardiovasculares.
Margarita Morales, coordinadora del Grupo Actividad Física de la FCA dijo que "la posibilidad de que una persona sedentaria padezca un accidente cerebrovascular (o stroke) aumenta un 270%, es decir casi tres veces más, en relación con una persona activa".
Morales señaló que "el sedentarismo se debe a características psicosociales y a conductas determinadas de la vida cotidiana".

La médica acotó que "por un lado, es consecuencia de la poca actividad física en la vida laboral, el entorno informatizado y robotizado y también, la oferta de opciones recreativas y culturales que son esencialmente sedentarias".

Pero reconoció que "además, hay una escasa difusión sobre los riesgos del sedentarismo para la salud" que van desde enfermedades coronarias a episodios de stroke que son discapacitantes o causan la muerte. La FCA acotó que el sedentarismo aparte de triplicar el riesgo de accidente cerebrovascular, aumenta el 100% el riesgo de cardiopatía isquémica, el 70% de hipertension arterial y el 160% de diabetes.

Además, la falta de realización de una actividad física duplica el riesgo de osteoporosis y fracturas, aumenta en un 60% la posibilidad de sufrir cáncer de mama, en un 100% de colon y es un factor determinante de cuadros de depresión.

Liliana Grinfeld, presidente de la FCA, sostuvo que "la población debe conocer en detalle los factores de riesgo y, sobre todo, las medidas que debe tomar para prevenir las enfermedades cardiovasculares".

Grinfield opinó que "la ignorancia es la principal causa de muerte cardiovascular, y la educación es su tratamiento".

La cardióloga insistió en que los principales factores de riesgo son el colesterol elevado, la hipertension arterial, la obesidad, la diabetes, el tabaquismo y el sedentarismo.
Se considera que una persona es sedentaria cuando no realiza el mínimo recomendado de 30 minutos diarios de actividad física moderada.
De acuerdo con datos de 2004 de la Organización Mundial de la Salud (OMS), al menos el 60% de la población mundial es sedentaria y en el 2000 hubo en el mundo 1,9 millones de muertes por inactividad física.

Morales insistió en que el sedentarismo "produce un aparato cardiovascular cada vez más ineficaz y además, ocasiona pérdida de masa ósea y muscular y aumento de masa magra".
La especialista sostuvo que "la primera medida que hay que tomar es incrementar la actividad física en la vida cotidiana" y aconsejó que "es conveniente, por ejemplo, subir las escaleras y evitar el ascensor, bajarse del colectivo unas paradas antes para aprovechar y caminar, estacionar el auto a unas cuadras del trabajo y dar un paseo durante el descanso del mediodía".
"Hay que evitar permanecer sentado durante varias horas, e interrumpir esos períodos con breves estímulos de ejercicio", agregó.

Respecto de la cantidad de actividad física recomendada, sostuvo que "no es necesario crear atletas, pero sí ser moderadamente activos".

"Hay que realizar un mínimo de 30 minutos diarios de actividad física aeróbica dinámica todos los días como caminar, hacer bicicleta o nadar", señaló.

Agregó que "es importante combinar eso con ejercicios de flexibilidad, elongación, coordinación y equilibrio e incorporar trabajos de tono muscular y fuerza, siempre de acuerdo con las capacidades de cada uno y supervisados por especialistas".

Destacó que "la actividad física reduce en un 50% el riesgo de enfermedad cardiovascular, disminuye la resistencia a la insulina, la obesidad y mejora la presión arterial".

martes, 6 de julio de 2010

10 maneras de evitar y controlar la presión alta



La hipertensión arterial, o simplemente la presión alta, es el gatillo para una serie de males, y no solo aquellos que afectan al sistema circulatorio.

"Normalmente, un paciente con presión igual o superior a 140/90 mmHg es diagnosticado como hipertenso. Son personas mas propensas a sufrir con fallas en el corazón, los riñones y hasta en el cerebro", explica el cardiólogo Enéas Rocco.

La enfermedad es crónica (no tiene cura, pero puede ser controlada) y, por eso, es importante hacerse exámenes regulares para detectar como andan sus latidos cardíacos. Pero, atención: tener presión alta no es sinónimo de ser hipertenso.

"Para ser considerado hipertenso, el paciente tiene que permanecer con la presión más alta de lo normal", dice el doctor. Eso es porque, en pocas palabras, cualquier persona está sujeta a una variación de la frecuencia cardíaca. Un esfuerzo físico más intenso o momentos de estrés, por ejemplo, alteran esos números.

Algunas acciones, sin embargo, no sólo ayudan a prevenir el problema sino, también, a controlar niveles ya elevados de presión. A continuación, una lista de ellas:

1.Mantenimiento del peso ideal: el exceso de peso aumenta el esfuerzo del corazón para conseguir bombear sangre. En la práctica, el músculo está sobrecargado. "Como el bíceps de quien levanta peso, el corazón de una persona obesa esta hipertrofiado", explica el cardiólogo. Con un riesgo: los daños causados por el exceso de estrés pueden llegar a ser irrecuperables.

2.Práctica de actividad física: actividades físicas regulares, principalmente las aeróbicas, contribuyen para la mejora de todo el sistema circulatorio y pulmonar. Sólo ten cuidado con las exageraciones: antes de comenzar cualquier entrenamiento, busque un especialista y haga una evaluación integral.

3.Reducción de la sal: el exceso de sal en la dieta conduce a la retención de líquidos, lo que lleva a la hipertensión. Entonces, es hora de disminuir su cantidad en los alimentos y bajar el consumo de enlatados y conservas.

4.Evite el alcohol: bebidas alcohólicas en grandes cantidades son feroces enemigas de la presión bajo control. Elimina las bebidas alcohólicas de la dieta o consúmelas con mucha moderación.

5.Una dieta saludable: grasas saludables y poca sal son medidas indispensables para aquellos que quieren mantener el corazón sano. Incluya muchas frutas, legumbres y verduras. No es necesario cortar la carne, pero da preferencia a los cortes magros como el lomo.

6.No deje de tomar los medicamentos que el médico recomendó. Pero nada de salir por ahí imitando la receta ajena. Recuerda que algunos medicamentos pueden aumentar la presión arterial, como los antiinflamatorios y los anticonceptivos, dice el cardiólogo.

7.El tabaco del cigarrillo, junto con otras sustancias tóxicas de los cigarrillos, aumenta la presión de inmediato. Dejar de fumar es crucial, advierte el profesor de Cardiología de la Santa Casa de São Paulo, Ronaldo Rosa.

8.El estrés: es la respuesta del cuerpo a la sobrecarga física y emocional, lo que lleva a la hipertensión y enfermedades cardíacas. Controla tus emociones y trata de incluir actividades de relax en tu rutina.

9.Exámenes médicos: evaluaciones periódicas no sólo ayudan a identificar el problema a tiempo, también facilitan el tratamiento y sirven para adaptar el uso de las drogas con mayor eficacia.

10.Medir la presión al menos una vez al año: todo el mundo debería hacerlo. La recomendación es de la Sociedad Brasileña de Hipertensión, que advierte de esta prueba simple como una manera de prevenir problemas más serios.

lunes, 21 de junio de 2010

Los adolescentes argentinos y la actividad fisica

Los adolescentes argentinos, con hábitos poco saludables

21/06/10

Lo confirma una encuesta nacional en escuelas. Consumen mucho alcohol y tabaco, tienen altos índices de sedentarismo y sobrepeso, y se cuidan poco en las relaciones sexuales. Dicen que estas pautas inciden en su expectativa de vida de adultos.

En febrero, la Organización Mundial de la Salud (OMS) lanzó una advertencia inquietante. Debido al avance de enfermedades condicionadas por el estilo de vida, la actual generación de chicos podría ser la primera en muchísimo tiempo en tener una esperanza de vida menos elevada que la de sus padres. En línea con esta problemática, la OMS impulsa la Encuesta Mundial de Salud Escolar, un estudio que se realiza en varios países del mundo y que se concretó en nuestro país en 2007. El relevamiento sirve como instrumento para medir la prevalencia de factores de riesgo en los estudiantes secundarios.

Los resultados, difundidos este año, son igualmente preocupantes. Según la investigación, hay un alto consumo de bebidas alcohólicas y de tabaco, un porcentaje importante de sobrepeso y sedentarismo, y bajo uso de métodos anticonceptivos y preservativos. Las conclusiones del estudio señalan que estos indicadores son un alerta porque “las enfermedades no transmisibles constituyen la principal causa de muerte en la Argentina”, ya que el 58% de los fallecimientos son causados por enfermedades cardiovasculares, tumores y lesiones.

Mario Virgolini, director del Programa de Control del Tabaco del Ministerio de Salud y del plan Argentina Saludable, fue uno de los responsables de la implementación de la encuesta. Se entrevistaron a 1.980 alumnos de entre 13 y 15 años de 47 escuelas de todo el país. Sobre la poca actividad física, admite que “las pautas se establecen durante la infancia y la adolescencia y ya después es difícil modificarlas. Hay que revertir esta tendencia. El modelo que se ha formado es el competitivo. Los que son aptos para el deporte son los que siguen y los no se quedan afuera. La actividad física debe estar relacionada con el bienestar y con la salud mental”.

El sedentarismo y la mala alimentación son dos variables de íntima relación, que derivan decididamente en la salud de los jóvenes. “En la adolescencia se conforman los hábitos alimentarios y se termina de definir la composición corporal. Por ejemplo, es el momento en el cual se consolida la reserva de calcio en el organismo. Quien sale con sobrepeso y obesidad será un adulto con sobrepeso y obesidad”, explica Esteban Carmuega, director del Centro de Estudios sobre Nutrición Infantil. “La mala alimentación es consistente con los hábitos que el estilo de vida les genera. Hay pocas opciones para comer bien en la escuela. Y el problema es que el ocio entretenido aislado o grupal compite con la actividad física”, agrega Carmuega.

Verónica Schoj, coordinadora de la Alianza Libre de Humo Argentina (ALIAR), advierte que “uno de cada cuatro fumadores va a morir 20 años antes de su expectativa de vida natural y el tabaco afecta también la calidad de vida cotidiana. Es importante eliminar todo tipo de publicidad de cigarrillos. Hoy hay campañas en Internet porque el target al que apuntan son los chicos de 15 años”.

Según Marcelo Giles, profesor de la carrera de Educación Física de la Universidad Nacional de La Plata, si los chicos no se entusiasman con las clases de educación física es “porque son aburridas. ¿Por qué va a correr un chico de 14 años que cree que es inmortal? No se le puede decir que es para prevenir el infarto que puede llegar a tener a los 70, hay que buscar otra forma de estimulación”.

“Es una generación que hace del sedentarismo un refugio”, reflexiona Hugo Miguez, especialista en adicciones e investigador del Conicet. “En la vida cotidiana de los chicos, el tiempo libre está representado por estar cómodamente sentados para chatear, mirar TV o hacer juegos electrónicos en pantallas que, además, reiteran los mensajes sobre comida chatarra. Es un circulo vicioso apoyado en la percepción de un mundo ‘externo’ incierto y amenazante”, continua Miguez. El experto vincula con este modo de vida adolescente el alto consumo de alcohol: “Las bebidas funcionan como una ‘prótesis social’ para el mundo real, donde las aceptaciones y rechazos son más crudos que en la cibercultura”.

En cuanto a la prevención de embarazos y enfermedades de transmisión sexual, la sexóloga clínica Isabel Boschi indica que “son pocos los varones que se cuidan. Y muchos convencen a la chica de no hacerlo cuando ella quiere practicar un sexo responsable. Hay consecuencias para la salud y también a nivel psicológico”.

Los especialistas del Ministerio de Salud reconocieron que el estudio les permitió definir el perfil adolescente sobre el que tienen que trabajar. Y aunque no confirmaron cuándo, dijeron que la encuesta se repetirá periódicamente, como recomienda la OMS.

http://www.clarin.com/sociedad/salud/adolescentes-argentinos-habitos-saludables_0_284371605.html

viernes, 28 de mayo de 2010

Beneficios de la actividad física al aire libre

Cuando realizamos actividad física, aumenta el ritmo cardíaco y la respiración, con lo que se logra una mejor oxigenación del organismo. Además, por el diseño natural de nuestro cuerpo creado para el movimiento, la vida sedentaria produce más desgaste que la vida activa. Nadie duda de los múltiples beneficios que el ejercicio aporta a la salud. Sin embargo, no es necesario practicar un deporte o hacer actividades muy desgastantes.
No todas las actividades aeróbicas se realizan dentro de los gimnasios, tenemos por ejemplo las caminatas, la carrera, paseos en bicicleta, natación y muchos deportes que pueden ser realizados al aire libre, lo importante es tener algún personal especializado que supervise. Y como día a día va quedando menos espacios para utilizar en los gimnasios, la actividad se puede trasladar al aire libre.
La vida al aire libre ejercitada en forma de paseos, caminatas, acampadas, la playa, el senderismo entre otras opciones, nos brindan la posibilidad de disfrutar de la naturaleza y muchos de sus beneficios: el sol, el aire puro, la ausencia de los ruidos de la ciudad, la interacción con especies vegetales y animales, el contacto con el agua de ríos, playas, arroyos y lagos. Sobre todo para quienes viven en grandes ciudades, estas actividades suelen resultar bien recomendables, pudiendo incluso ayudar al mejoramiento de las relaciones interpersonales. Solamente unos pocos se dan cuenta de que para disfrutar de salud y alegría deben recibir una buena dosis de luz solar, aire puro y ejercicio físico.

martes, 18 de mayo de 2010

Ganale al sedentarismo!!!

Ganale al sedentarismo, EMPEZA A HACER ACTIVIDAD FISICA!!! Te va a hacer bien, va a mejorar tu salud, tu estado de animo y te va a cargar las pilas!!! No pierdas el tiempo!!! Ponete en contacto y arreglamos el dia de comienzo de tu activacion!!!

lunes, 17 de mayo de 2010

Para bajar de peso, ¿dieta o actividad fisica?



¿Dieta o ejercicio? He ahí el dilema al hora de decidir la manera como queremos bajar de peso.

La respuesta es ambos. Bajar de peso no es fácil y es ingenuo pensar que se puede adelgazar sin el más mínimo esfuerzo.

Hacer dieta y someterse a una rutina de ejercicio no es sencillo –es una pesadilla para muchos- pero la combinación de ambos es la manera más básica, efectiva y rápida de lograrlo.

La mayoría de planes de adelgazamiento –de los buenos- se basan en un plan nutricional combinado con una rutina de ejercicios.

La dieta por un lado te enseña o te ayuda a recuperar los buenos hábitos alimenticios. Por otro lado, la actividad física te ayuda a abandonar el sedentarismo y a afirmar y tonificar tus músculos.

En caso estés siguiendo una dieta de bajas calorías (hipocalórica), la actividad física debe ser moderada para evitar una descompensación calórica.

Acompañar tu dieta con ejercicio también te ahorra el trabajo de estar contando calorías. Puedes seguir una dieta flexible pero aún así quemar una buena cantidad de colorías gracias al esfuerzo físico.

viernes, 14 de mayo de 2010

Sedentarismo


A diferencia de las máquinas, que se desgastan, los organismos vivos aumentan su capacidad de adaptación cuanto más usan sus órganos.

Por el contrario, cuando no se utilizan todas las estructuras orgánicas, los tejidos se reducen y debilitan. Especialmente los musculares y tendinosos, que se acortan: el músculo se fatiga con facilidad y ese cansancio genera contracturas dolorosas que suelen derivar en molestias crónicas.

La actividad física involucra a todos los sistemas y no sólo al aparato muscular haciéndolos adaptarse a esa actividad. Por su parte la falta prolongada de ejercicio, conocida como sedentarismo o vida sedentaria, incide en las funciones orgánicas, que comienzan a deteriorarse: si por una fractura, por ejemplo, se inmoviliza una pierna, al cabo de unas semanas ésta habrá perdido buena parte de su masa muscular y casi toda su fuerza, lo que obligará a un proceso de rehabilitación. Ocurre algo similar tras largos períodos de convalecencia en cama.

Sedentarismo: Sinónimo de Deterioro

La falta de ejercicio o sedentarismo disminuye la capacidad de adaptación a la actividad física posterior cayendo así en un círculo vicioso. A su vez, la proporción de grasa es cada vez mayor en relación con los demás tejidos, aunque no necesariamente haya aumentado de peso, debido a la disminución de la masa muscular.
Si una persona que realiza un trabajo sedentario (como estar sentado frente a una computadora) corre o camina unos kilómetros sin haber realizado un entrenamiento previo, pasará los días siguientes con dolores y molestias. Lo mismo ocurre cuando se comienza a practicar una actividad física.
El sedentarismo acarrea también disfunciones orgánicas: estreñimientos, várices, propensión a la inflamación de los órganos abdominales (provocada por distensión de los músculos debilitados de la pared abdominal), sensación de fatiga.
Muchos dolores de espalda que no tienen origen en traumatismos o enfermedades se deben a la debilidad de los músculos de esa zona, que se contractura de forma casi permanente. A menudo, el simple esfuerzo de mantener erguida la espalda representa para el sedentario una exigencia mayor de la que sus músculos son capaces de soportar.

Un saco de huesos...

Cuando se lleva una vida sedentaria, el esqueleto se vuelve frágil y débil y pierde paulatinamente su aptitud para cumplir funciones más allá de los movimientos rutinarios. El hueso, contrariamente a lo que se cree, es un tejido muy activo: a lo largo de toda su vida modifica su estructura interna según los requerimientos de resistencia y tensiones a los que se ve sometido.

El esqueleto del individuo sedentario se descalcifica progresivamente (lo que deviene en osteoporosis) y se vuelve menos resistente a tensiones, más frágil a los traumatismos y más propenso a enfermedades degenerativas como artrosis y artritis, que el de quienes viven asiduamente entrenados.
Sin embargo, la capacidad del hueso para remoldearse requiere cierto tiempo de adaptación progresiva a las nuevas exigencias: si no se toma en cuenta ese proceso pueden producirse desgastes y lesiones por abuso tanto o más graves que las provocadas por desuso.

Una cuestión de Calidad de Vida

La calidad de vida de una persona se puede medir según distintos parámetros. Uno de ellos es el envejecimiento neurológico, por el cual se va teniendo menor respuesta y menor capacidad de reacción ante los estímulos, como por ejemplo un bocinazo, un cambio de luces o una situación de emergencia. Esto está íntimamente relacionado con la velocidad: a medida que pasa el tiempo nos ponemos más lentos y la lentitud es un gran indicador de la pérdida de rendimiento. Y no hay que mirar muy lejos para encontrar ejemplos: observe a personas mayores que caminan mucho o hacen gimnasia, trabajan y se mueven todo el día y luego a inactivos contemporáneos de éstos, que se sientan a mirar televisión y dan apenas los pasos imprescindibles para satisfacer sus necesidades. Verá que la diferencia física (e incluso la mental) es notable.

Por eso, la actividad física beneficia la función cardiorrespiratoria y de ella depende nuestra resistencia al esfuerzo. Una vida sedentaria, que suele ir acompañada por una mala alimentación y un mal descanso, desemboca irremediablemente en un deterioro del organismo y, en muchos casos, en una enfermedad crónica. Y las enfermedades cardiovasculares son enfermedades crónicas degenerativas, fuertemente asociadas a las condiciones de vida.
Los músculos del cuerpo tienden a aplanarse, a perder fuerza y a endurecerse si no se los trabaja correcta y periódicamente. Lo mismo ocurre con la flexibilidad: hay que ejercitarla si no queremos perderla. Todo esto nos demuestra hasta qué punto una vida sedentaria influye de manera negativa en nuestra calidad de vida.

Cuerpo en movimiento y Salud

Podemos identificar tres clasificaciones diferentes en relación con la inactividad y el ejercicio, las cuales, en orden ascendente de condicionamiento físico, son:

1. El nivel sedentario, con escasa o nula actividad física. Se trata de personas que, probablemente, soportarán más enfermedades, vivirán menos, y sufrirán una calidad de vida relativamente baja.

2. El nivel de aptitud de ejercicios de baja intensidad en relación con la salud y la longevidad. Los que se ubican aquí obtendrán beneficios significativamente más elevados que los pertenecientes al primer nivel en términos de índices de enfermedad más bajos y de vida más prolongada.

3. El nivel atlético de ejercitación, que se acerca -y a veces llega- al nivel de aptitud requerido para competir, pero que no implica sobreentrenamiento. Quienes se ubiquen aquí se caracterizarán por una vida más prolongada, un riesgo algo menor de padecer enfermedades graves y una calidad de vida más elevada. Sin embargo, sobrepasarse en la búsqueda de una aptitud aeróbica -es el caso de atletas super competitivos- sólo puede conducir a perder los mismos beneficios que se intentan lograr.

martes, 11 de mayo de 2010

Beneficios de la actividad fisica

Disminuye el riesgo de mortalidad por enfermedades cardiovasculares en general y en especial de mortalidad por cardiopatía isquémica en grado similar al de otros factores de riesgo como el tabaquismo.
Previene y/o retrasa el desarrollo de hipertensión arterial, y disminuye los valores de tensión arterial en hipertensos.
Mejora el perfil de los lípidos en sangre (reduce los triglicéridos y aumenta el colesterol HDL).
Mejora la regulación de la glucemia y disminuye el riesgo de padecer diabetes no insulin dependiente.
Mejora la digestión y la regularidad del ritmo intestinal.
Disminuye el riesgo de padecer ciertos tipos de cáncer, como el de colon, uno de los más frecuentes y sobre el que al parecer existe mayor evidencia.
Incrementa la utilización de la grasa corporal y mejora el control del peso.
Ayuda a mantener y mejorar la fuerza y la resistencia muscular, incrementando la capacidad funcional para realizar otras actividades físicas de la vida diaria.
Ayuda a mantener la estructura y función de las articulaciones. La actividad física de intensidad moderada, como la recomendada con el fin de obtener beneficios para la salud, no produce daño articular y por el contrario puede ser beneficiosa para la artrosis.
La actividad física y de forma especial aquella en la que se soporta peso, es esencial para el desarrollo normal del hueso durante la infancia y para alcanzar y mantener el pico de masa ósea en adultos jóvenes.
Ayuda a conciliar y mejorar la calidad del sueño.
Mejora la imagen personal y permite compartir una actividad con la familia y amigos.
Ayuda a liberar tensiones y mejora el manejo del estrés.
Ayuda a combatir y mejorar los síntomas de la ansiedad y la depresión, y aumenta el entusiasmo y el optimismo.
Ayuda a establecer unos hábitos de vida cardiosaludables en los niños y combatir los factores (obesidad, hipertensión, hipercolesterolemia, etc.) que favorecen el desarrollo de enfermedades cardiovasculares en la edad adulta.
En adultos de edad avanzada, disminuye el riesgo de caídas, ayuda a retrasar o prevenir las enfermedades crónicas y aquellas asociadas con el envejecimiento. De esta forma mejora su calidad de vida y aumenta su capacidad para vivir de forma independiente.
Ayuda a controlar y mejorar la sintomatología y el pronóstico en numerosas enfermedades crónicas (Cardiopatía isquémica, Hipertensión arterial, Enfermedad pulmonar obstructiva crónica, Obesidad, Diabetes, Osteoporosis, etc.)
Disminuye la mortalidad tanto en adultos jóvenes como en los de mayor edad, siendo incluso menor en aquellos que tan sólo mantienen un nivel de actividad física moderado que en los menos activos o sedentarios.
Por último, todos estos beneficios tendrán una repercusión final en la reducción del gasto sanitario. Este es un argumento de peso para que tanto las administraciones públicas como privadas apoyen la promoción de la actividad física en todos los estamentos de nuestra sociedad.

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